Se realiza por el término de 120 días un "Trabajo de Campo" en el Departamento “9 de julio” (Provincia de Santa Fe), para ser presentado ante el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación. El tema: “Pobreza estructural y factibilidad para el desarrollo socioeconómico en el norte santafesino”.
Se visitaron las comunas de: Gato Colorado; Gregoria Pérez de Denis (El Nochero); Pozo Borrado; Santa Margarita; San Bernardo; Villa Minetti; y la ciudad de Tostado (Cabecera del Departamento).
En las imágenes pueden verse: el mapa donde se ubica el departamento 9 de Julio, en el norte de la provincia de Santa Fe.
Una familia viviendo en extrema pobreza, en la Comuna “Gregoria Pérez de Denis”. Esta situación se repite en casi todos los pueblos visitados. Las comunas recorridas durante el proceso de estudio de factibilidades mostraron, todas ellas, una situación muy precaria para la vida de sus pobladores, un acostumbramiento a la pobreza muy arraigados en ellos; y la falta total de recursos económicos para transformar su realidad.
Aquí el grupo técnico hace una evaluación, en la zona rural de la comuna El Nochero.
Finalmente vemos como un padre de familia vive con sus numerosos hijos en una pequeña habitación; donde el techo es de chapa y las paredes la forman cuatro pedazos de lona.
La pobreza estructural esta marcada por sectores pobres que existen aún con un sistema económico en “normal” funcionamiento; es por lo tanto muy dificultoso abatirla. Tiene que ver con la forma de funcionar del sistema económico que no logra resolver por sí las necesidades básicas de una masa muy considerable de familias aún en épocas de recuperación del crecimiento. En estos casos la demanda estructural de fuerza de trabajo suele ser menor que el crecimiento demográfico con lo que el fenómeno del desempleo impacta negativamente sobre la situación prevaleciente de pobreza.
Las mejores maneras de asegurar que los pobres generen riqueza y participen al mismo tiempo de sus resultados es a través de lograr la movilización productiva en pequeños emprendimientos bien organizados. Esto puede estimularse y facilitarse asegurando a las pequeñas unidades el acceso al crédito, al capital de riesgo, al conocimiento tecnológico y de gestión pero, muy especialmente, a una apropiada articulación con redes productivas y con promisorias cadenas de valor. Al participar de procesos productivos las familias de bajos ingresos reciben ingresos o compensaciones que es la forma más genuina y efectiva de distribución de la riqueza. Si en ese esfuerzo pudieran, además, adquirir paso a paso algunos de los activos que necesitan para producir se asegurarían un flujo sostenido de ingresos.
Este cambio de perspectiva y de estrategia implica una transición en varios frentes, incluyendo el pasaje de una política de sólo subsidios que atiende emergencias a otra que promueva la conformación o el fortalecimiento de unidades productivas a través de su capitalización y mejoramiento organizativo.